LA COCINA DE LAS GEMELAS


A/A QUIEN QUIERA LEER

Badajoz a 29 de octubre de 2.007

Muy Señores Míos:

Mediante la presente deseo ponerme en contacto con ustedes, en nombre de mis mandantes las gemelas Julia y Patricia, quienes este fin de semana solicitaron les hiciera comida y cena para una temporada. Por este motivo, tanto su padre como yo nos pusimos a cocinar como posesos, dos cazuelas para comida y otra para cena. Una de las de comida traían un elemento innovador para nuestras clientes, el cerdo, por lo que pedimos previamente disculpa a nuestros lectores munsulmanes. La otra era de ternera (añojo de primera calidad). Para culminar el desaguisado procedimos a prepararles una cenita a base de crema de calabación con pollo. Espero que ustedes gusten.
Junto con la presente les adjuntamos fotos de las perolas para que ustedes se hagan una idea de lo que trabajamos los padres de gemelas. Después de esto, batimos todo y almacenamos en el frigorífico.
Si desearan ustedes cocinar para las niñas durante un tiempo indeterminado, estaríamos eternamente agradecidos. Quedamos a su disposición en el blog de referencia. Atentamente,

La Mamma

PEDIATRA

Ayer por la tarde fuimos al pediatra. Tocaba revisión mensual. Julia llegó dormida en la silla, y Patricia despierta y con ganas de andar (sujeta por nosotros) por la consulta. Todo iba muy bien, hasta que apareció el doctor. Patricia iba andando (agarrada) hasta que lo vio abrir la puerta de la consulta propiamente dicha, momento en el que giró sobre su propio eje, intentando huir como la cobarde que es. Se lo impedí, la cogí en brazos, entramos. En ese preciso momento empezó a llorar, y no paró hasta cinco minutos después de que terminase el reconocimiento. ¿Qué sucedió con Julia? Lo mismo, en el momento en que se despertó, antes de que nadie le tocara un pelo (es un decir, porque las niñas son bastante calvitas), y movida por los alaridos de Patricia, se puso a llorar... no había forma de hacerlas parar, y cualquiera puede pensar ¿Qué hace ese pediatra? Sinceramente... nada malo. Las osculta, comprueba la fontanela, las mide y pesa, mira su garganta y oídos, las hace andar un poquito sobre la camilla de reconocimiento... en fin, esas cosas que hacen todos los pediatras.
Son terribles a la hora de acudir al médico, la verdad es que hasta cuando ven a su tía con bata blanca (mi cuñada es ginecóloga), se echan a llorar, y yo no puedo explicarme el motivo. Ni su padre ni yo les contagiamos miedo alguno en ese aspecto, les sonreímos, y no nos alteramos facilmente, ¿estamos haciendo algo mal?. No lo sé.
En fin, el concierto de llantos en si bemol mayor duró unos veinte minutos, y gracias a Dios que nos apuntan las cosas en informes, porque en caso contrario podría suceder que el mes que viene, la que se vacunara contra la varicela fuera yo.
Así acabó la visita, hasta el mes que viene si no hay más incidencias, el día 22 de noviembre las niñas llorarán más y mejor, con más brío aumentando el repertorio de lagrimones y alaridos, para desesperación de ese Santo Job disfrazado de pediatra, y de sus "avergonzados" padres, que no saben donde meterse cada vez que lloran así.

BAUTISMO


Si el viernes cumplisteis un año, el sábado no podíamos parar y os bautizamos. Vuestro padre y yo formamos parte de esa gran cantidad de católicos que se alejan cada vez más de la Iglesia, pero a pesar de todo decidimos bautizaros y haceros ingresar en el club. Algún día nos preguntaréis el porqué de nuestra incongruencia, y yo quiero daros una respuesta. No, no hemos sufrido presión alguna por parte de la familia, ya sabéis que vuestro padre no lo admitiría de ninguna forma. Mi intención a la hora de bautizaros es la de dotaros de valores. Creo que los grandes valores católicos, cristianos en general, son perfectamente válidos para formar a una buena persona: el amor al prójimo, a uno mismo, la solidaridad, la paciencia, la fortaleza... deben formar parte de uno como persona, y deseamos que os impregnéis de todo ello, que huyáis de la superficialidad que reina en la televisión, y en más relaciones humanas de las que pensáis.

Nosotros rechazamos la posición de la Iglesia ante muchos asuntos, que entendemos totalmente equivocada (SIDA, preservativos,divorcio...), pero no nos resignamos a permanecer fuera de una comunidad que algún día fue la nuestra. Hemos buscado con ahínco una Parroquia adecuada, y hemos dado con ella. Es un lugar, donde se solicita la participación de los fieles, se permite que los niños se acerquen al altar correteando, y montando todo el jaleo que sea necesario, un sitio donde da gusto sentirse de nuevo cristiano, donde no te riñen constantemente, un lugar donde podréis ir a ver a vuestro amigo Jesús todos los días que creáis oportuno, con la mayor confianza, un lugar donde os esperarán con los brazos abiertos, y en el que creo que os sentiréis orgullosas de ser cristianas.

Ojalá seáis luz para los demás, igual que lo sois para mi todos los días. Esperamos no haber errado. Nuestra intención queridas hijas es buena, pero como casi en todo lo que hacemos, desconocemos el resultado.

Besos gordos

Mamá

FELICIDADES


El día 19 de octubre cumplisteis un año. No sé si felicitaros a vosotras, o darme palmaditas de enhorabuena en la espalda. Ha sido un año duro, las emociones han estado a flor de piel, jugándome malas pasadas. Me he sentido cansada, blandita, enfadada (poco, muy poco), agotada (otra vez), emocionada, exhausta (¡Vaya por Dios!), expectante, pero sobre todo, feliz, feliz, feliz, de teneros en mi compañía.
Juntamos a los primos, tíos, abuelos, en nuestro pequeño piso. Os compramos dos tartas pequeñitas, para que soplarais las velas, y celebramos vuestra llegada a casa.
Sé que no os disteis cuenta, ni de las tartas, ni de las velas, pero lo pasamos muy bien con vosotras. Compramos dos tartas para haceros saber que, aunque a los ojos de los demás, parezcáis iguales, sabemos que no lo sois, que os consideramos personitas diferentes. También queremos que sepáis que, estamos enloquecidos con las dos; con vuestros ojazos, vuestras pestañas rizadas, las naricitas chatas, las bocas dulces...
Si es que estáis ¡ñam, ñam!, para comeros..., mucho mejor que cualquiera de las tartas.
FELIZ CUMPLEAÑOS

PEROLADA

Es un hecho innegable: "los niños comen todos los días". Sí, ya se que se cagan, duermen, juegan se ríen, tienen sus ratitos de llanto, pero hoy quiero centrarme en la comida. Sobre todo a la que formamos en la cocina cada vez que hay que preparar la papilla.
Muchos padres recurren a los potitos de farmacia, eso queda a criterio de cada uno, y no soy nadie para meterme en ello. Yo desde un primer momento, observe que a mis bebes les encantaba las papillas les hacemos.Pero lamentablemente, no tenemos tiempo, ni cuerpo para cocinar al vapor a diario, como hacen los "superpadres". Por eso hemos optado por hacer comida para unos cuantos de días, para las dos niñas, la congelamos y a otra cosa mariposa, que bastante tenemos con cambiar pañales, hacer biberones, preparar fruta, hacer compras, ir a la piscina.... El resultado, es que cada diez días (arriba o abajo) hacemos dos supercacerolas (perolas), con verdura y lo que toque.

Vernos a Segun (mi marido), y a mi en la cocina en esos momentos, debe hacer recordar a cualquier españolito, el servicio militar obligatorio, por lo que se dice de los soldados se hartaban de pelar patatas . Nosotros, en un esfuerzo por emular a nuestros valientes guerreros, hemos decidido no ser menos, y así la ultima vez (ayer) hemos pelado tres kilos y medio de de patatas para hacer dos ollas . Da gusto verlo pelar patatas, como si lo hiciera constantemente, cuchillo por aquí, cuchillo por acá y la patata queda monda y lironda. Después como si de una cadena de montaje se tratara, yo las vuelvo a enjuagar, las parto y las echo en las ollas.

Detrás de la patata va el turno de las zanahorias, los puerros, los calabacines, las judías de la siguiente forma: enjuagar, pelar(las judías no) volver a enjuagar, trocear, y salto a la cazuela, y así sin parar. Después, la chicha, esto es, carne de ternera, pollo o pescado. Se ponen las ollas en marcha, y a esperar la segunda parte del invento: pasarlo por la batidora.

Se me olvidaba algo: los huevos. Si, es cierto, que los padres de gemelos, mellizos, trillizos etc, debemos tener muchos huevos , pero no me refería a eso. Se me olvidaba que ahora también echamos huevos cocidos a la papilla de las niñas. Los cuezo previamente como para recordarme la que me espera al cabo de un rato, y por supuesto no los hecho enteros a la batidora, sino que establezco proporciones, siguiendo las instrucciones del pediatra. Tal parte de yema, tal otra de clara, picadita, para que quede mejor...

En este punto, la cocina ya se encuentra completamente tomada por ollas, peladuras de la verdura, la tabla donde picamos la carne, los cacitos donde hemos cocido los huevos, y como no estamos satisfechos, traemos a las niñas, y sacamos los montones de envases donde congelaremos las papillas. Hablamos, limpiamos, esperamos en el salón jugando los cuatro...Va pasando el tiempo, y ya se coció la comida, regresamos a la cocina, que parece el camarote de los hermanos Marx, y pasamos página.

Llega la hora de la batidora. Saco el aceite de oliva, para añadir unas cucharaditas (de postre) al mejunje que hemos montado. Echamos cazos de la cocción, huevo (en extraña proporción), el aceite en cuestión, y a batir: Brummmmmmm, Brummmmm. Patricia me mira con carita de extrañeza, no le gusta nada la batidora, pero como tiene un imán en las manos, que puede pegar a su antojo en el frigorífico, no se queja, solo me mira. Yo le sonrío Brummmmmm.

Pasamos a distribuir la consistente papilla en los recipientes. Como se nos rompen de vez en cuando, optamos por cambiar los de cristal, por otros más grandes (para que quepa la papilla del día de las dos) de plástico apto para microondas, congelador..., y así hemos conseguido llegar a tener siete u ocho tipos distintos de envases, en los que tengo que echar más o menos la misma cantidad de comida; ¿cómo lo consigo? la cogí por los potitos, llenó unos de cristal de la farmacia y distribuyo... Otra vez la batidora (hasta unas seis veces), otra vez repartimos la comida...

Y por fin, una hora y media después, conseguimos tener la comida preparada. Os dedico un ñam, ñam y desde luego el próximo día que cocinemos, adjuntaré al blog unas fotos, para que os hagáis una idea.

P.D.: La papilla está que quita el sentido. Sobre todo la de pollo



Hoy abrí las puertas de casa y entró la alegría. Como el agua, en avalancha, salvaje, arrastró las penas mías. Las tiró por el balcón, cuatro pisos hacia el suelo, y allí se encontraban, aplastadas cuando salí a dar un paseo. Ni las miré, seguí mi camino escuchando música, y mirando el cielo azul de este día frío de otoño.



Dos risas rosas, de leche con galletas, me despiden en la puerta, camino del trabajo. Melodías sencillas, unas tradicionales, otras inventadas, hacen bailar a estos bebés, al compás de cariñosas voces desafinadas, que las agarran como si la vida les fuera en ello.




Estoy esperando volver a abrazar vuestros cuerpecitos, a morder vuestra nariz, los "bracinos", a daros besos en la planta de los pies. Para que engañarnos, espero ansiosa crear más risas estruendosas, de esas que se contagian a cualquiera que se arrime.

ALZAMOS EL VUELO DE NUEVO


Parece que nos estamos espabilando, no sabemos cuantos constipados, laringitis, faringitis, bronquitis y demás "itis", nos quedan por delante este otoño en invierno, pero de momento hemos capeado el temporal. Otra vez se ríen, ponen morritos, gritan sin que suene afónico, y alegran a todo el que se pase por casa.


Yo no soy de esas personas que odian alguna estación del año, si acaso me molesta el verano cuando es caluroso en exceso, pero no por eso dejo de reconocer todas las demás satisfacciones que me da (eso de poder ir medio en pelotas por casa, mejorar el tono de piel, salir a tomar las cañas a una terraza...). Pero ahora creo que el otoño y el invierno van a despertar una nueva fobia en mí, y como las gemelas, enfermen un par de veces más me voy a acoger a la asociación "odio tal estación y punto".


Cualquier padre/madre, sabe lo mal que se pasa cuando un bebé está malito, pero sólo los que tenemos varios iguales (hay gente que tiene más de dos), sabemos lo que desgasta una pequeña enfermedad. Los bebés se alternan, hoy lo pasa mal uno, mañana el otro, pasado los dos..., no comen, duermen mal, sólo quieren estar en tus brazos, les sube la fiebre y hay que bañarlos, se resisten con todas sus fuerzas a los medicamentos...Todo, todo se multiplica, y a veces yo no estoy muy segura de que sea por dos.


De cualquier forma estoy muy contenta, porque Julia y Patricia ya están mejor, y dentro de pocos días será su primer cumpleaños, y después del embarazo y el parto que tuvimos vamos a celebrarlo por todo lo alto. Me voy a colocar las pestañas postizas de Penélope Cruz, el cuerpo de alguna top model, y más chula que un ocho iré de parranda.




PD: Niñas, si leéis esto, ni se os ocurra poneros malas el día 19 de octubre.