BALANCE

Llegó el fin de año y parece obligatorio, en un blog de vivencias como este, hacer balance. Han sido muchos los cambios que Patricia y Julia han traído a nuestras vidas. Pasamos por temporadas en las que se agradecía la entrada en casa de cualquier persona que tuviera un brazo libre para dar un biberón. Ahora agradecemos a quien las saque de paseo un rato, o pueda empuñar una cuchara(como si de una espada se tratara) y reparta papilla a diestro o siniestro. En consecuencia, pasamos del mundo exclusivamente lácteo, al de los pures; salados, y frutas, y hace dos días conocimos la tortilla francesa. Nunca he entendido porque hablamos de salados, cuando sal precisamente es lo que no llevan, o al menos no lo llevaban hasta hace dos meses (ahora llevan una cantidad testimonial, pediatra dixit).

Pasamos de no dormir nada de nada, a dormir poquito y mal. El cansancio hizo acto de presencia en nuestras vidas inmediatamente, y no nos abandona de ninguna manera, de vez en cuando nos da un respiro, para que nos ilusionemos.

Pasamos de estar tumbadas todo el día, a irnos incorporando poco a poco, hasta que el día nueve de agosto de 2.007, fecha largamente recordada, Doña Patricia se incorporó en la cuna, y desde entonces no ha parado.

Pasamos de ser dos budas pelones, a tener cierta pelusilla, y unas pestañas rizadas y largas preciosas. También nos ha dotado la naturaleza con dos dientes que están esperando a sus hermanos.

Hemos pasado por bronquiolitis, bronquitis, constipados en general, alguna gastroenteritis, y ahora mismo tenemos completamente taponada la nariz chata por los mocos.

Hemos descubierto que a todos nos gusta el agua, y por eso disfrutamos como unos locos en la playa y en la piscina; que nos encanta “Pocoyo”; los anuncios de la tele; tocar los pianos de juguete que tenemos; colgarnos de los “móviles” de la cuna como dos pequeños Tarzanes, correr por el parque; salir de paseo a la calle; que nos den besos, mordisqutos, y nos hagan pedorretas en las piernas, en el cuello. También nos gusta que nos canten canciones: “Pin Pon es un muñeco” “Las manitas” “Los pollitos cantan pio pio pio, cuando tienen hambre, cuando tienen frio”. Nos gusta que nos lean cuentos, sobre todo el de “Ardilla tiene hambre”, y “Gato tiene sueño”. Disfrutamos con los tres cerditos, cuando el lobo sopla, cuando lo echan de casa quemándole el culo...

Por mi parte, estoy aprendiendo lo que significa tener dos personas más que dependen totalmente de ti. He sido feliz, he estado triste, agobiada, muerta de risa, cansada, he tenido ganas de llorar, y he llorado, he sentido una intensa preocupación por alguien que no soy yo, he perdido la paciencia, y la he vuelto ha recuperar dos segundos después. He cocinado, limpiado, jugado todo lo que se puede jugar, y un poco más. Me he desentendido de mi misma, he multiplicado el número de las profesiones a las que me dedico. Antes sólo era abogado, ahora soy eso a media jornada, y además enfermera, cocinera, canguro, animadora, y todo lo que haga falta.

Ha sido un año completo, fantástico. Patricia mira la pantalla del ordenador, no creo que me deje escribir mucho más

Si alguien lee esto, mi deseo es que, el año que acaba haya sido tan grato para vosotros como para mi, y que el que viene, sea todavía mejor.

CARRITOS GEMELARES



Vamos por nuestro tercer carrito, los hemos tenido en linea y en paralelo. Ahora nos decantamos por estos últimos porque si los pliegas ligeramente cabe en esa caja de grillos que llamamos ascensor, eso sí, haciendo ciertas piruetas con las ruedas delanteras, que en cuanto te descuidas se cruzan y te impiden entrar. Cualquier padre de gemelos o niños que se lleven poca edad, y vivan en edificios antiguos saben de que les estoy hablando.
El primero de nuestros carritos fue un jane "twin two" de color azulón, con dos "matrix pro" (¿os habéis enterado de algo?). Las cinéfilas "mátrix", son una especie de capazo grupo 0, de todo un poco, que se desmontaba del carro con cierta facilidad, sólo había que apretar un botón. Para subir y bajar en el ascensor, necesitabamos dar dos viajes, en el primero alguien subía con las matrix (las niñas iban dentro), y en el segundo se subía el armazón del carro, previamente plegado. Nunca conseguí salir sola a la calle, siempre necesitaba la ayuda de otra persona. Mi marido que es el rey del "arrecalcamiento", sí pudo metir el carrito, las niñas, las matrix (y a la madre que las parió) en un sólo viaje. Adoptando posturas acrobáticas dignas de espectáculos circenses sin parangón. Os doy mi palabra.
Cuando las niñas crecieron, tenía que bajar primero el armazón del carro, al que ya le habíamos instalado las sillas normales y después a las niñas.Tampoco podía salir sola a la calle. Este carro es el más fuerte de los tres que hemos tenido, era bastante ligero, pero como ya digo, no muy útil en pequeñas superficies, y con otro hándicap; las niñas iban montada una delante y la otra atrás, y la última no tenía mucho espacio, se aburría y a los dos minutos estaba más enfadada que un mono atado a una rama.


El segundo de los carros gemelares, era de la marca "olmitos", también azulón, en paralelo y con una barra que impedía que Patricia pusiera los pies por alto cada dos por tres. Ha sido bastante útil, le hemos dado mucho uso, pero al ser más débil (y pesado, que todo hay que decirlo), se ha estropeado al cabo de unos meses. No es que esté roto del todo, pero suena un montón y cruje por todos los sitios. Otro de los problemas de este carro es que, es demasiado bajo, y los padres que pasamos un poco la media de altura, vamos andando de una forma extraña, como con el culo en pompa, alzado, raro. Con este carro, si hemos salido las tres en amor y compaña.
Inconveniente de los carros anchos, es que no puedes entrar en todas las tiendas, porque no cabes. Tampoco puedes circular por todas las aceras, porque corres el riesgo de salirte a la calzada, y que un coche te lleve por delante. Pero en honor a la verdad, hay que decir que, ese no es un problema del carro, sino de urbanización de nuestros pueblos y ciudades, y de los modorros que hacen las puertas de las tiendas, que no tienen sensibilidad ninguna, no ya para con los gemelos sino, con las personas que tienen dificultades de deambulación.

El ultimo carrito, también es gemelar (lógico), paralelo, y naranja (por fin conseguí darle cabida al hortera que vive dentro de mi), es de la marca "chicco", no tiene barra, pero sí un cubre pies (da igual, porque Patricia sigue sacando sus piernecitas en cuanto le da la gana). Seguimos plegándolo un poco al entrar en el ascensor, y continuamos con los mismos problemas de falta de espacio en las calles. Este es más alto, ya no voy andando tan rara. A ver cuanto me dura, porque si bien salimos solas a la calle, el día menos pensado no voy a poder subir de la calle a casa, por la cuesta del portal ( que tiene una inclinación, que riete de los Pirineos), porque el carro pesa, las compras que hago también, y las niñas, las niñas no quiero ni decir lo que pesan, pero es una "jartá".

Me da la sensación de que en estos carros paralelos los bebés se entretienen más; ven la calle, se tocan, se quitan los juguetes, se despiertan la una a la otra (en caso de aburrimiento).... en fin, cosas que le dan vida a los gemelos.

PD: Le tengo echado el ojo a unos carritos de importación, que sólo se venden en Madrid y Barcelona, veremos si el día menos pensado no me ato la manta a la cabeza y me hago de uno.
PD 2: La vaca carnavalera, y el mosquetero son mis sobrinos, mis vaquitas van dentro del carro. El segundo carrito, aparece cubierto con una bonita funda verde de flores, y con una sombrilla a juego, porque la madre de las niñas (quien suscribe) tiene un hortera interior del tamaño de un campo de futbol, ¿pasa algo?.

LO PROMETIDO ES DEUDA


Prometí incluir una fotografía navideña más actualizada, pero todavía no he conseguido hacerle una a las dos. Por eso, de momento mando un aperitivo, Julia con gorro. Esta tarde voy a hacerle más fotos, ya veremos como salen.

COMPARTIENDO EXPERIENCIAS


Ayer coincidimos en la puerta de un hospital (no preocuparse que fuimos de visita) con el padre de dos gemelas que nacieron poco antes que Julia y Patricia, una semana antes más o menos. Son Irene y Paula. Durante una semana compartieron "box", incubadoras, el paso al nido de paredes transparentes, y la falta de peso. Desde entonces no habíamos vuelto a vernos. Me alegró mucho volver a encontrarnos, porque según se fue desarrollando la conversación, me di cuenta que a lo largo de este año hemos compartido más cosas; enfermedades, carritos incómodos, paseos en los parques, falta de espacio, cansancio, y alegría mucha alegría.
Me hizo sentir que, todos los problemas que me agobian, no son para tanto, que hay mas personas en mi situación, y si bien es de todos conocido aquello de "mal de muchos consuelo de tontos" (yo nunca he dicho que sea lista), no puedo por menos que reconocer que me sentí más aliviada, al saber que no soy la única que o bien trabaja a media jornada, o deja de trabajar; que necesito ayuda; que me siento cansada.... En definitiva, que los obstáculos con los que me encuentro no son únicos, ni exclusivos.
Parece que los seres humanos necesitamos compartir experiencias, que así las encuadramos en su espacio, les damos el sitio al que realmente se ajustan.
Hemos quedado en llamarnos para vernos en un parque donde quepan los carritos, y podamos ver de nuevo a nuestras niñas juntas, esta vez, sin enfermeras y horarios estrictos al medio.
Saludos a mis escasos lectores (si hay alguno), y felices fiestas para todos.

P.D: La foto que adjunto a esta entrada es del año pasado, todavía no he hecho ninguna este año.

LOS RIESGOS DE LA DEPILACIÓN EN LA SIESTA

En un encomiable esfuerzo por no parecer un cerdo ibérico de los más peludos, ayer me hice yo sola la cera de rodillas para abajo (para arriba no tengo pelos), y en un arranque de valor sin límites, me dije a mi misma, voy a depilarme las ingles (¡chúpate esa!).
Así, aprovechando que las gemelas estaban durmiendo la siesta (llevan dos días durmiendo siesta de verdad, de esa que dice la gente que dura dos horas), cargué mi máquina, una Rowenta del año 1995, con cera verde, me fui al cuarto de baño, y comencé a liquidar los pelos de mis piernas. En un pis pas había desaparecido el antiestético vello, con unos resultados de lujo, profesionales, jamas vistos hasta el momento (ya que lo hice yo, voy a echarme flores).
Visto lo anterior, me decidí a dar el salto a la entrepierna, y sucedió lo que pasa en estos casos, cuando me había puesto capas de cera en las ingles, se oyó un llanto proviniente de una cuna cercana, sin identificar. Inmediatamente pensé; "deja de llorar hija, porque como sigas así, vas a saber lo que es un llanto de verdad. No es que te vaya a pegar, ni mucho menos, es que como tenga que incorporarme y echar a correr con cera en la entrepierna, los lagrimones, gritos y lamentos que vas a oír, van a ser estremecedores, te voy a crear un trauma, y vas a pasar tu etapa adulta recurriendo a las cuchillas "gillete" para hacer desaparecer tus pelos..., que por muy venus que las llamen, no deja de crecerte unos pelazos duros como cerdas a los dos días" Mentalmente me repetía una y otra vez: "¡Por Dios, duérmete otra vez! o por lo menos cállate hasta que me quite los pelos, ¡Dios!, ¡ Dios!". Y cuando ya me veía corriendo entre horribles dolores hacia la cuna, mis plegarias obtuvieron resultado, el llanto cesó.
Respiré aliviada, y de un par de tirones (con lagrimón incluido), me extraje los pelos. Alcé mis manos, en un signo de victoria, recogí la habitación, y me dispuse a continuar el día. Pocos minutos después, Patricia se despertaba con una sonrisa en la cara, reclamaba mi presencia en la habitación para jugar un rato antes de la merienda.
Ahora que lo pienso... me había olvidado de las axilas, ¡mierda!

PD: En la foto se pueden observar las mis patorras depiladas este verano. Para que conste y no queden dudas, me las he vuelto a depilar después pero no tengo fotos donde se vea.

HORRORIZADOS


Cuando tienes gemelos, mellizos, trillizos, o en general varios niños de la misma edad, y sales de paseo tienes que estar preparado para las reacciones de todo tipo que tus bebés van a provocar.
Te van a mirar con mucha atención el 90% de las personas con las que te cruces; dentro de los que te miran, un 80% harán algún comentario sobre tus bebés, pensando que tu eres sorda y no te enteras de lo que dices cuando pasan a tu lado; en plan "¡dos iguales para hoy!", "¡fíjate dos bebés iguales!", "¡que ricos!", y el típico "¡Ay, ay, ay!", expresivo en extremo y que sirve para comentar cualquier cosa. Por último debemos destacar al menos un 30% de paisanos, que pararán tu carro en seco para hacerles carantoñas, comentar lo iguales que son (o no), preguntarte cómo lo llevas, que tal se portan y tras medio minuto de conversanción y conocimiento del niño, opinar sobre cual de los bebés es más travieso, más simpático, y practicar el divertido juego de la búsqueda de las siete diferencias (entre gemelos).... A estos, les dará exactamente igual donde te encuentres, si estás cruzando una calle, o hace frío y vas con prisa.
A veces pienso, que es un poco lo que deben sentir los famosos, cuando la gente les para por la calle. En este caso yo no soy la famosa, soy la madre de las artistas, y debo reconocer que en general, me resulta agradable, estar sometida a este tipo de atención, que por otro lado es gratuita y se nos concede sin haber hecho nada en especial (como a muchos famosos). Agradezco la atención y halagos que nos brindan, la suerte que nos desean y continúo mi camino con una sonrisa en la cara por todos los piropos que reciben mis gorditas, incluso cuando las confunden con dos niños.

Como ya he dicho, la mayoría de la gente es bastante agradable, sin embargo, hay un grupo de personas, que no sé si sienten fobia a los niños, o qué les sucede. Estos son los que cuando te ven con las gemelas (mellizos, trillizos...) lo primero que comentan es:"¡Gemelos, qué horror!". Me sorprende y desagrada este tipo de comentarios, pero he llegado a la conclusión de que a veces somos tan descuidados en nuestro trato a los demás , que no debo darle mayor importancia. Por eso, opto por no contestarles, ignorarlos, a menos que el comentario en cuestión, se realice en conversación directa conmigo. En ese caso niego la principal, y digo mi verdad: es mucho trabajo, físicamente es agotador, pero es la mejor experiencia que he tenido en toda mi vida.
La cosa cambia, si los que acompañan a las niñas son los abuelos, o su padre. Se enfadan mucho, y contestan airados al transeúnte, que no sabe donde meterse, trata de justificarse o huye a galope entre la multitud. Mención especial merece mi madre, persigue al que sea y le dice que el único horror que hay ahí es ella (normalmente son mujeres las que comentan esto), que sus nietas son preciosas, y que si no le da vergüenza referirse así a unas niñas... Para justificar porqué me hace tanta gracía, debo aclarar que mi madre es, posiblemente, una de las personas más pacíficas del mundo, y que evita cualquier tipo de enfrentamiento con los demás con una diplomacia extrema. Sin embargo, creo que cuando se trata de sus nietas/os, algo le salta por dentro, y se convierte en una leona enfadada (no cabreada, porque mi mamá no se cabrea nunca). Lo reconozco, me divierte que esta especie de católica discípula de Ghandi, fulmine estas personas tan desagradables con los ojos, y con las palabras sin importarle, el número, tamaño o grado de agresividad que se adivine en la individua en cuestión (repito, normalmente son las mujeres las que hacen este comentario).

En fin, señores/as, no se horroricen, tener varios niños a la vez es agotador, encantador, divertido, exasperante (a veces), preocupante, soprendente y sobre todo una experiencia única, que lamentablemente no creo que se repita. Pero les aseguro que no es ningún horror. No traten a ningún niño como si lo fuera, piensen que con ese comentario hieren a su familia, y a él mismo el día que lo entienda (los niños entienden más de lo que parece), y dense cuenta de que si fuera un niño con cualquier tipo de déficit, que supusiera un gran trabajo para sus padres, ustedes nunca harían ese comentario. Ningún niño, enfermo, sano, venga sólo o con más hermanos de una tacada, es un horror. Todos son algo precioso, que tenemos el honor de cuidar durante algunos años.

Saludos

DULCES SUEÑOS


Hace cerca de un año y medio, que no duermo debidamente. Cuando estaba embarazada me lo impedía entre otras cosas el peso de mi barriga, que me incomodaba, me hacía moverme hasta encontrar una postura adecuada, para volver a despertarme de forma intempestiva en mitad de la noche (tres en el mismo cuerpo, somos multitud). Las cosas han cambiado, desde que nacieron tampoco duermo, pero los motivos son distintos. Para que engañarse, son ellas el motivo de mi falta de sueño. Se despiertan por la noche. Una noche una, otras dos o tres noches la otra..., y también pueden despertarse las dos, momento en el cual, el infierno está servido para quien quiera probarlo.
Segun y yo pensábamos que se debía a algún complot gemelo-infantil, pero seguramente nos equivoquemos. Estamos tan cansados que ya no sabemos que creer. He buceado en internet, oigo a diario los consejos de mis amigos, y familiares:¡déjalas llorar!, ¡ya se calmarán!, y eso fue lo que hice la otra noche: ¡Una y no más Santo Tomás!. Pobre niña, lloraba sin parar, y aunque yo le hablaba para calmarla, ella no entendía nada, seguía llorando, extendía sus bracitos hacia mi suplicando un abrazo, una caricia. Y yo, como una imbécil, le ofrecía el peluche que usan para dormir(el hipopótamo que aparece en la fotografía), para ayudarla a conciliar el sueño,y continuaba hablando, suave, calmado. Salía de la habitación, ella seguía llorando, volvía a hablarle... y ella cada vez más nerviosa, con un llanto terrible. Al final de tanto llorar vomitó. Ahí, es cuando ya me enfadé; con ella, conmigo por ser tan imbécil, y hacer caso de consejos que no acaban de convencerme, de personas que tienen la mejor intención, pero no están conmigo por las noches para ver lo que sucede en casa.
Yo no estoy hecha para el "método Estevill". No puedo dejarla llorar, sufrir, tiritar de esa manera, no puedo ni quiero permitir que llegue a ese estado de nervios. No creo que lloren por capricho, sino porque lo están pasando mal de verdad. Creo que es cruel por mi parte actuar así, no me parece útil ni bueno para ellas.
Supongo que esto de los métodos de dormir, es un poco como la religión, crees o no lo haces, y yo no lo hago. No es que yo quiera aguantar como una tonta, pero pienso que tiene que haber otros modos de alcanzar idénticos objetivos. No pierdo la esperanza de conseguir que duerman "del tirón", y con tranquilidad. Ayer volví a visitar páginas de intenet, y entré en una web llamada dormirsinllorar.com, recomendaban el libro "Felices Sueños" de Elisabeth Pentley. Ya lo he comprado, quiero ver si con paciencia, puedo hacer que ellas duerman y yo descanse debidamente, pero eso sí, ni una lágrima más en esos ojazos. Si a alguien le interesa, ya iré contando el resultado.

HERIDAS DE GUERRA


¡Pobre Julia!, el domingo iba andando, sujeta por las típicas correas para bebé, que llevaba su padre, y de repente dio un giro de 180 grados, y se golpeó contra el pico de una vitrina. Los llantos no se hicieron esperar, no se quien tenía peor cara, si la niña con la herida en la frente, o su padre, que estaba blanco como el papel.

La cogí en brazos y comenzó a sangrar, mientras lloraba cada vez más fuerte. Los nervios, nos subían y bajaban por todo el cuerpo, le pusimos un abrigo encima del pijama, y su padre y ella se fueron para el hospital, a urgencias pediatricas. Yo preparé a Patricia en un momentín, y los seguimos con el carrito.

No hubo chichón, sólo una pequeña pitera, que curaron con un par de puntos de aproximación. Además, como había llorado tanto antes, se quedó dormida en el momento de entrar a curarla, y no se enteró de nada, absolutamente nada.

Durante una semana le hemos curado la frente con betadine, y le poníamos un apósito, para que no se quitara los puntos. Ayer ella misma, se dio un tirón y se quitó los puntos. No hay casi señal. Sólo el recuerdo de una herida de guerra, producida en los victoriosos campos del aprendizaje.

¡Ánimo, a seguir andando!

PELLEJOS



Parece algo superficial preocuparse por el aspecto físico que tenemos cuando dos bebés dependen de una, sin embargo, yo no he podido evitarlo, y durante el último año, me miraba al espejo, y otras veces simplemente dirigía mi mirada a la zona que va entre el cuello y las piernas, y me preguntaba una y otra vez "¿Volverán los pellejos a su sitio?". Sí , yo quería saber si los pechos, barriga (sobre todo la barriga), volverían a ponerse en tamaño normal. No es que yo haya sido nunca una sílfide, más bien al contrario, pero no dejaba de atormentarme la idea de que mi cuerpo nunca nunca volvería a su sitio.

Y lo cierto es que no vuelve, lo que te deja el embarazo es algo parecido a lo que fue tu cuerpo un tiempo atrás, pero no es lo mismo. Los pechos se caen (no demasiado, pero se caen), salen estrías, la tripa se empeña en no acabar de volver a su sitio (aunque ya casi, casi no se nota). Tal vez, es que el cuerpo de la mujer es pura energía, y ni se crea ni se destruye, simplemente se transforma.

No he quedado demasiado malparada, las tetas no parecen solapas de un abrigo, y la barriga va reduciéndose de día en día. Peso menos que cuando me quedé embarazada, puedo ponerme cosas que antes no me ponía, estoy de reestreno.

Puedo decir sin lugar a dudas, que los pellejos no vuelven del todo a su sitio, a menos claro, que seas una supermodelo, actriz... o alguien que cuida de su cuerpo, quizás en la forma en que deberíamos hacerlo todas. Sí, sí, me dan envidia cochina ¿pasa algo?... No soy perfecta.

No tengo tiempo para hacer gimnasia. La única que practico es con ellas, cuando vamos a natación. No hago más abdominales que los que surjan de agacharme a coger juguetes, o niñas de 13 meses que se empeñan en andar, y desde luego los estiramientos han desaparecido de mi vida, al menos hasta que tenga que coger los peluches que están en el armario del dormitorio de las gorditas. Hago pesas, cuando subo la rampa de la entrada del piso empujando el carro gemelar (cada día pesa más) y también cuando vamos de paseo por todo Badajoz. También practico con éxito el levantamiento de niña, y ejercicios de resistencia cuando las visto, desvisto y cambio de pañales. Gimnasia casera, que dirían.

A pesar de mis lamentaciones, y en honor a la verdad, tengo que decir, que siempre queda mi marido. Segun, nunca le encuentra un pero a mis curvas. Da igual que engorde o adelgace, él siempre encuentra una palabra amable y calenturienta para este cuerpo. Es maravilloso que alguien te mire con deseo, incluso que te palpe aunque estés muerta de cansancio.

CARTA PARA JULIA Y PATRICIA


Queridas mías

Cuando pienso en vosotras se me llena la boca de palabras dulces, a empachosas. Cuando os miro a los ojos, esos ojos que hace un año están viendo la luz y la sombra, me quedo tierna, blandita, sin fuerzas.

Las risas: fuertes, rosas, donde han brotado dos dientes, que exhibís con descaro. Esas risas que son de leche con cereales, me alegran, me hacen fuerte, me mantienen despierta, viva. Y doy gracias a Dios por permitirme compartir ese tiempo con vosotros.

Me regaláis alegría; me dais vuestras primeras veces que también de alguna forma son las mías. La primera vez que vimos Pocoyo. Cuando aprendimos a apagar luces y encenderlas. La primera persecución de palomas, patos y pavos en el Parque de Castelar. Los seguimientos a los perros que nos encontramos. La primera vez que comisteis jamón y quesito. Cuando os bañasteis en la piscina, en la playa. Creo que ese regalo; el de vuestra primera vez en la playa, me lo voy a llevar cubierto de arena, rebozado como vosotras, y salpicado de olas, en el corazón. Cambio de perspectiva, nuevas formas de ver, de percibir, de sentir, y todo me lo regaláis porque sí, sin pedir nada a cambio.

También siento miedo, de una forma irracional: a que enferméis, os caigáis, no durmáis, a cualquier peligro que pudiera acecharos. Pero me lo sacudo, y os acompaño un día más.

Mamá

PD: Quedamos para comer a mediodía. Por cierto, no os asustéis pero esta tarde vamos al pediatra otra vez.

UNA CANITA AL AIRE



Sucedió lo inevitable, después de más de un año, cogí dos días de "vacaciones" maternales. Dejamos a las gemelas con los abuelos, y huimos a Madrid el Sábado por la tarde. Allí estuvimos hasta el lunes, cuando cogimos, carretera y manta regresamos en busca de nuestras muñecas.
¿Qué tal me sentó el viaje? Perfectamente, he dormido dos noches del tirón, sin preocupaciones de chupetes que se escapan de la boca, pesadillas nocturnas, llantos injustificados...
Paseamos juntitos, como dos novios por el Retiro, el Rastro, el FNAC (del que Segundo tuvo que sacarme el lunes a rastras), visitamos el templo de Debod, fuimos a bares turísticos: "España Cañí", "Las Fatigas del Querer", tomamos cerveza sin preocuparnos de si podríamos hacernos cargo o no de algún imprevisto. Andamos tanto, que el Lunes por la noche tenía agujetas... pero me encantó.


Nos liberamos totalmente, excepto por el mínimo de tres llamadas que realizamos todos los días. No llamábamos más veces porque a mi me da vergüenza, me hace sentir como una madre histérica, de esas que piensan que ellas y solamente ellas pueden hacerse cargo de sus bebés. Pero eso sí, tenía que saber si habían dormido bien, cómo habían comido y cenado, de ahí las tres llamadas (¡Ay Dios mío!, en qué clase de perturbada me he convertido).



Cambiando de tema, cada vez que voy a un sitio como Madrid, Barcelona, o visito una nueva ciudad, me coloco los ojos de turista alucinado, y voy mirando hasta las cosas más nimias, las que podría ver todos los días, de otra forma, cómo si fuera la primera vez que las veo. El metro por ejemplo, no deja de sorprenderme, la gente que en él viaja: el señor de cincuenta años que viene con su esposa del teatro, y enlazan las manos durante todo el viaje, reflejando ternura. La treintañera, que por medias lleva tatuajes en sus piernas musculosas, en el mes de noviembre, sustentando su equilibrio en unos tacones tan finos y altos que hacen presumir una caída inminente en el andén, y a pesar de ello, cuando se da cuenta de que se ha equivocado de linea sube los escalones tan rápido que, hace que te des cuenta de que, para ella esos tacones, son tan habituales como para mi los zapatos planos. Ves gentes de otros lugares; africanos, asiáticos, sudamericanos, suecos ebrios disfrutando de los momentos previos al partido España-Suecia. Trabajadores, turistas, estudiantes, parados, artistas que despliegan su ingenio y talento en las calles y todo para mí es tan nuevo como lo sería para mis niñas. Porque Madrid, es siempre sorprendente.

LA PEQUEÑA PIRATA O EL SÍNDROME DEL PERRITO



No sé bien por donde comenzar esta entrada...
Hasta hace un mes y medio más o menos, las gemelas tenían un parque normal y corriente. Tuvimos que dejarlo porque Julia enganchaba los pendientes en las redes, llegando a hacerse sangre en la oreja (además de los ataque de nervios que provocaba en sus primerizos padres cuando la veíamos enganchada por la oreja).
Cuando le sangró la oreja decidimos que o cambiábamos de parque, o de oreja a la niña, porque los pendientes, después de lo que nos había costado ponérselos, no se los quitábamos ni de guasa -¿alguien sabe porqué cuesta tanto trabajo colocar esos pendientes de tuerca? ¿es que no los hacen de otra forma?-.
Visto que era más fácil cambiar de parque, nos pusimos a buscar uno de barrotes, más seguro, pero nos pasó lo que siempre nos ocurre en este Badajoz nuestro; no encontramos lo que buscábamos. Por eso recurrimos al típico parque-cuna portátil de viaje, heredada de los primos. Hasta ahí todo bien.
Los que conozcáis las cunas de viaje, sabéis que el colchón que suelen traer es finito, acolchado por un lado, y duro por otro. Esta dividido en varios segmentos que se doblan sobre sí. para guardarse plegados envolviendo la cuna cuando se recoge. A las niñas les encantó, y pasan buenos ratos allí dentro; "leen" cuentos de cartón, tiran fuera los peluches y demás muñecos, hacen presing-cacht... no paran.
Su curiosidad no tiene límites, y no sé en qué momento, descubrieron que el colchoncito que les sirve de base, es plegable. En ese momento, Patricia comenzó a desarrollar el síndrome del Perrito, o del Pirata como queramos llamarlo. Levanta una de las partes del colchón dejando la loneta al descubierto, y allí pone todos los juguetes que puede, luego lo tapa, y se va a la otra punta del parque donde hace exactamente lo mismo. Resultado: surgen unos extraños abultamientos en el suelo, que les impiden permanecer de pie tanto como querrían, y todos los muñecos, dados de tela, chupetes.... desaparecen del parque sin dejar ni rastro, con el consiguiente enloquecimiento materno, en los momentos de búsqueda. Como ya se donde están las cosas -o al menos lo imagino- levanto los dos extremos de la base de la cuna, y suelen aparecer todos los desaparecidos... estoy pensando que quizás los de la serie "Perdidos", se encuentren bajo la cuna de las niñas. Miraré dentro de un rato.
Cuando pasa un ratito, Patricia vuelve a levantar la tapa, y encuentra su tesoro, saca algún juguete, que vuelve a guardar enseguida, no sea que se lo quite su hermana.
Para Julia también ha supuesto una novedad, pero ella no esconde cosas, se mete dentro sin más, y se pone la tapa encima. Aprovecha el momento en que su hermana la levanta, para acercarse y sentarse sobre la lona, que lógicamente se hunde bajo su peso, después trata de taparse, y destaparse ..., con el consiguiente enfado de Patricia que ve como sus juguetes quedan al descubierto.
La lucha está servida, una abre la tapa, la otra trata de entrar, Patricia se lo impide, Julia llora, consigue entrar, ahora llora Patricia, que finalmente opta por meterse también dentro. Servido el revoltillo de niñas, juguetes, lona, colchón plegable... el resultado es evidente, más llanto en el momento en que no logramos salir de ahí. Aquello acaba pareciendo una prueba de "Humor Amarillo". Yo las miro y acudo al rescate, lo coloco todo en su sitio, aunque sé que dentro de quince minutos volveremos a la misma situación.
¡Resignación y alegría! (no queda otra)

LA COCINA DE LAS GEMELAS


A/A QUIEN QUIERA LEER

Badajoz a 29 de octubre de 2.007

Muy Señores Míos:

Mediante la presente deseo ponerme en contacto con ustedes, en nombre de mis mandantes las gemelas Julia y Patricia, quienes este fin de semana solicitaron les hiciera comida y cena para una temporada. Por este motivo, tanto su padre como yo nos pusimos a cocinar como posesos, dos cazuelas para comida y otra para cena. Una de las de comida traían un elemento innovador para nuestras clientes, el cerdo, por lo que pedimos previamente disculpa a nuestros lectores munsulmanes. La otra era de ternera (añojo de primera calidad). Para culminar el desaguisado procedimos a prepararles una cenita a base de crema de calabación con pollo. Espero que ustedes gusten.
Junto con la presente les adjuntamos fotos de las perolas para que ustedes se hagan una idea de lo que trabajamos los padres de gemelas. Después de esto, batimos todo y almacenamos en el frigorífico.
Si desearan ustedes cocinar para las niñas durante un tiempo indeterminado, estaríamos eternamente agradecidos. Quedamos a su disposición en el blog de referencia. Atentamente,

La Mamma

PEDIATRA

Ayer por la tarde fuimos al pediatra. Tocaba revisión mensual. Julia llegó dormida en la silla, y Patricia despierta y con ganas de andar (sujeta por nosotros) por la consulta. Todo iba muy bien, hasta que apareció el doctor. Patricia iba andando (agarrada) hasta que lo vio abrir la puerta de la consulta propiamente dicha, momento en el que giró sobre su propio eje, intentando huir como la cobarde que es. Se lo impedí, la cogí en brazos, entramos. En ese preciso momento empezó a llorar, y no paró hasta cinco minutos después de que terminase el reconocimiento. ¿Qué sucedió con Julia? Lo mismo, en el momento en que se despertó, antes de que nadie le tocara un pelo (es un decir, porque las niñas son bastante calvitas), y movida por los alaridos de Patricia, se puso a llorar... no había forma de hacerlas parar, y cualquiera puede pensar ¿Qué hace ese pediatra? Sinceramente... nada malo. Las osculta, comprueba la fontanela, las mide y pesa, mira su garganta y oídos, las hace andar un poquito sobre la camilla de reconocimiento... en fin, esas cosas que hacen todos los pediatras.
Son terribles a la hora de acudir al médico, la verdad es que hasta cuando ven a su tía con bata blanca (mi cuñada es ginecóloga), se echan a llorar, y yo no puedo explicarme el motivo. Ni su padre ni yo les contagiamos miedo alguno en ese aspecto, les sonreímos, y no nos alteramos facilmente, ¿estamos haciendo algo mal?. No lo sé.
En fin, el concierto de llantos en si bemol mayor duró unos veinte minutos, y gracias a Dios que nos apuntan las cosas en informes, porque en caso contrario podría suceder que el mes que viene, la que se vacunara contra la varicela fuera yo.
Así acabó la visita, hasta el mes que viene si no hay más incidencias, el día 22 de noviembre las niñas llorarán más y mejor, con más brío aumentando el repertorio de lagrimones y alaridos, para desesperación de ese Santo Job disfrazado de pediatra, y de sus "avergonzados" padres, que no saben donde meterse cada vez que lloran así.

BAUTISMO


Si el viernes cumplisteis un año, el sábado no podíamos parar y os bautizamos. Vuestro padre y yo formamos parte de esa gran cantidad de católicos que se alejan cada vez más de la Iglesia, pero a pesar de todo decidimos bautizaros y haceros ingresar en el club. Algún día nos preguntaréis el porqué de nuestra incongruencia, y yo quiero daros una respuesta. No, no hemos sufrido presión alguna por parte de la familia, ya sabéis que vuestro padre no lo admitiría de ninguna forma. Mi intención a la hora de bautizaros es la de dotaros de valores. Creo que los grandes valores católicos, cristianos en general, son perfectamente válidos para formar a una buena persona: el amor al prójimo, a uno mismo, la solidaridad, la paciencia, la fortaleza... deben formar parte de uno como persona, y deseamos que os impregnéis de todo ello, que huyáis de la superficialidad que reina en la televisión, y en más relaciones humanas de las que pensáis.

Nosotros rechazamos la posición de la Iglesia ante muchos asuntos, que entendemos totalmente equivocada (SIDA, preservativos,divorcio...), pero no nos resignamos a permanecer fuera de una comunidad que algún día fue la nuestra. Hemos buscado con ahínco una Parroquia adecuada, y hemos dado con ella. Es un lugar, donde se solicita la participación de los fieles, se permite que los niños se acerquen al altar correteando, y montando todo el jaleo que sea necesario, un sitio donde da gusto sentirse de nuevo cristiano, donde no te riñen constantemente, un lugar donde podréis ir a ver a vuestro amigo Jesús todos los días que creáis oportuno, con la mayor confianza, un lugar donde os esperarán con los brazos abiertos, y en el que creo que os sentiréis orgullosas de ser cristianas.

Ojalá seáis luz para los demás, igual que lo sois para mi todos los días. Esperamos no haber errado. Nuestra intención queridas hijas es buena, pero como casi en todo lo que hacemos, desconocemos el resultado.

Besos gordos

Mamá

FELICIDADES


El día 19 de octubre cumplisteis un año. No sé si felicitaros a vosotras, o darme palmaditas de enhorabuena en la espalda. Ha sido un año duro, las emociones han estado a flor de piel, jugándome malas pasadas. Me he sentido cansada, blandita, enfadada (poco, muy poco), agotada (otra vez), emocionada, exhausta (¡Vaya por Dios!), expectante, pero sobre todo, feliz, feliz, feliz, de teneros en mi compañía.
Juntamos a los primos, tíos, abuelos, en nuestro pequeño piso. Os compramos dos tartas pequeñitas, para que soplarais las velas, y celebramos vuestra llegada a casa.
Sé que no os disteis cuenta, ni de las tartas, ni de las velas, pero lo pasamos muy bien con vosotras. Compramos dos tartas para haceros saber que, aunque a los ojos de los demás, parezcáis iguales, sabemos que no lo sois, que os consideramos personitas diferentes. También queremos que sepáis que, estamos enloquecidos con las dos; con vuestros ojazos, vuestras pestañas rizadas, las naricitas chatas, las bocas dulces...
Si es que estáis ¡ñam, ñam!, para comeros..., mucho mejor que cualquiera de las tartas.
FELIZ CUMPLEAÑOS

PEROLADA

Es un hecho innegable: "los niños comen todos los días". Sí, ya se que se cagan, duermen, juegan se ríen, tienen sus ratitos de llanto, pero hoy quiero centrarme en la comida. Sobre todo a la que formamos en la cocina cada vez que hay que preparar la papilla.
Muchos padres recurren a los potitos de farmacia, eso queda a criterio de cada uno, y no soy nadie para meterme en ello. Yo desde un primer momento, observe que a mis bebes les encantaba las papillas les hacemos.Pero lamentablemente, no tenemos tiempo, ni cuerpo para cocinar al vapor a diario, como hacen los "superpadres". Por eso hemos optado por hacer comida para unos cuantos de días, para las dos niñas, la congelamos y a otra cosa mariposa, que bastante tenemos con cambiar pañales, hacer biberones, preparar fruta, hacer compras, ir a la piscina.... El resultado, es que cada diez días (arriba o abajo) hacemos dos supercacerolas (perolas), con verdura y lo que toque.

Vernos a Segun (mi marido), y a mi en la cocina en esos momentos, debe hacer recordar a cualquier españolito, el servicio militar obligatorio, por lo que se dice de los soldados se hartaban de pelar patatas . Nosotros, en un esfuerzo por emular a nuestros valientes guerreros, hemos decidido no ser menos, y así la ultima vez (ayer) hemos pelado tres kilos y medio de de patatas para hacer dos ollas . Da gusto verlo pelar patatas, como si lo hiciera constantemente, cuchillo por aquí, cuchillo por acá y la patata queda monda y lironda. Después como si de una cadena de montaje se tratara, yo las vuelvo a enjuagar, las parto y las echo en las ollas.

Detrás de la patata va el turno de las zanahorias, los puerros, los calabacines, las judías de la siguiente forma: enjuagar, pelar(las judías no) volver a enjuagar, trocear, y salto a la cazuela, y así sin parar. Después, la chicha, esto es, carne de ternera, pollo o pescado. Se ponen las ollas en marcha, y a esperar la segunda parte del invento: pasarlo por la batidora.

Se me olvidaba algo: los huevos. Si, es cierto, que los padres de gemelos, mellizos, trillizos etc, debemos tener muchos huevos , pero no me refería a eso. Se me olvidaba que ahora también echamos huevos cocidos a la papilla de las niñas. Los cuezo previamente como para recordarme la que me espera al cabo de un rato, y por supuesto no los hecho enteros a la batidora, sino que establezco proporciones, siguiendo las instrucciones del pediatra. Tal parte de yema, tal otra de clara, picadita, para que quede mejor...

En este punto, la cocina ya se encuentra completamente tomada por ollas, peladuras de la verdura, la tabla donde picamos la carne, los cacitos donde hemos cocido los huevos, y como no estamos satisfechos, traemos a las niñas, y sacamos los montones de envases donde congelaremos las papillas. Hablamos, limpiamos, esperamos en el salón jugando los cuatro...Va pasando el tiempo, y ya se coció la comida, regresamos a la cocina, que parece el camarote de los hermanos Marx, y pasamos página.

Llega la hora de la batidora. Saco el aceite de oliva, para añadir unas cucharaditas (de postre) al mejunje que hemos montado. Echamos cazos de la cocción, huevo (en extraña proporción), el aceite en cuestión, y a batir: Brummmmmmm, Brummmmm. Patricia me mira con carita de extrañeza, no le gusta nada la batidora, pero como tiene un imán en las manos, que puede pegar a su antojo en el frigorífico, no se queja, solo me mira. Yo le sonrío Brummmmmm.

Pasamos a distribuir la consistente papilla en los recipientes. Como se nos rompen de vez en cuando, optamos por cambiar los de cristal, por otros más grandes (para que quepa la papilla del día de las dos) de plástico apto para microondas, congelador..., y así hemos conseguido llegar a tener siete u ocho tipos distintos de envases, en los que tengo que echar más o menos la misma cantidad de comida; ¿cómo lo consigo? la cogí por los potitos, llenó unos de cristal de la farmacia y distribuyo... Otra vez la batidora (hasta unas seis veces), otra vez repartimos la comida...

Y por fin, una hora y media después, conseguimos tener la comida preparada. Os dedico un ñam, ñam y desde luego el próximo día que cocinemos, adjuntaré al blog unas fotos, para que os hagáis una idea.

P.D.: La papilla está que quita el sentido. Sobre todo la de pollo



Hoy abrí las puertas de casa y entró la alegría. Como el agua, en avalancha, salvaje, arrastró las penas mías. Las tiró por el balcón, cuatro pisos hacia el suelo, y allí se encontraban, aplastadas cuando salí a dar un paseo. Ni las miré, seguí mi camino escuchando música, y mirando el cielo azul de este día frío de otoño.



Dos risas rosas, de leche con galletas, me despiden en la puerta, camino del trabajo. Melodías sencillas, unas tradicionales, otras inventadas, hacen bailar a estos bebés, al compás de cariñosas voces desafinadas, que las agarran como si la vida les fuera en ello.




Estoy esperando volver a abrazar vuestros cuerpecitos, a morder vuestra nariz, los "bracinos", a daros besos en la planta de los pies. Para que engañarnos, espero ansiosa crear más risas estruendosas, de esas que se contagian a cualquiera que se arrime.

ALZAMOS EL VUELO DE NUEVO


Parece que nos estamos espabilando, no sabemos cuantos constipados, laringitis, faringitis, bronquitis y demás "itis", nos quedan por delante este otoño en invierno, pero de momento hemos capeado el temporal. Otra vez se ríen, ponen morritos, gritan sin que suene afónico, y alegran a todo el que se pase por casa.


Yo no soy de esas personas que odian alguna estación del año, si acaso me molesta el verano cuando es caluroso en exceso, pero no por eso dejo de reconocer todas las demás satisfacciones que me da (eso de poder ir medio en pelotas por casa, mejorar el tono de piel, salir a tomar las cañas a una terraza...). Pero ahora creo que el otoño y el invierno van a despertar una nueva fobia en mí, y como las gemelas, enfermen un par de veces más me voy a acoger a la asociación "odio tal estación y punto".


Cualquier padre/madre, sabe lo mal que se pasa cuando un bebé está malito, pero sólo los que tenemos varios iguales (hay gente que tiene más de dos), sabemos lo que desgasta una pequeña enfermedad. Los bebés se alternan, hoy lo pasa mal uno, mañana el otro, pasado los dos..., no comen, duermen mal, sólo quieren estar en tus brazos, les sube la fiebre y hay que bañarlos, se resisten con todas sus fuerzas a los medicamentos...Todo, todo se multiplica, y a veces yo no estoy muy segura de que sea por dos.


De cualquier forma estoy muy contenta, porque Julia y Patricia ya están mejor, y dentro de pocos días será su primer cumpleaños, y después del embarazo y el parto que tuvimos vamos a celebrarlo por todo lo alto. Me voy a colocar las pestañas postizas de Penélope Cruz, el cuerpo de alguna top model, y más chula que un ocho iré de parranda.




PD: Niñas, si leéis esto, ni se os ocurra poneros malas el día 19 de octubre.

ENFERMITAS

No creo que deba escribir esta entrada. Después de una semana de ejercer como enfermera a tiempo casi completo, estoy agotada, y una vez más me reafirmo en el pánico que siento cada vez que las morronguitas se ponen malas. Si antes dormía poco, ahora casi no duermo, el viernes,para rematar, una hora y media, pero no seguida, sino en dos intervalos de cuarenta minutos mas o menos.
Toda las noches alguna se despierta y llora, cuando no es Julia, es Patricia, y sinceramente, espero que no se pongan de acuerdo las dos, porque entonces no podré con las dos.
Quieren bracitos, mimos, arrumacos... en fin lo que todos queremos cuando no nos encontramos muy allá.
Ahora están dormiditas en la silla de paseo, que junto con "Pocoyo" y "Brainy baby" se han convertido en un aliado para tranquilizarlas, cuando uno ya no puede sostenerlas en brazos.
Los abuelos, nos visitan, nos acompañan al médico, se desesperan cuando las ven tristes, las oyen toser. Nos dan consejos, hasta enloquecernos. ¡Ay! ¡qué dura es las vida de los primerizos!.
Siguen pálidas pero sonríen, ya quieren jugar, no lloran tanto. Patricia pone morritos, para que la bese, Julia me sonríe esperando recibir su parte.
Ahora me pican la garganta y el pecho, me duele la cabeza. Me han pegado su catarro y su laringitis. Espero no necesitar otra semana para recuperarme.
Voy a quejarme un poco que a mi siempre me alivia: ¡AYYYYYY!¡AYYYYY!. Me sigue doliendo todo, pero estoy más a gusto
(perdón por las tildes que faltan, pero el teclado se ha vuelto loco y lo estoy solucionando como puedo)

EL OTRO MAMMA


Julia, quiere decir algo. Mira una foto donde estoy vestida de novia; peinada, guapetona, sin ojeras... Julia dice:"Mamma", alza los ojos hacia mi, vuelve a ojear la foto y repite:"Mamma". ¡Que lista, que guapa, que maravilla de criatura!. Después le enseñamos una foto de mi marido, la toca, lo mira sonríe y sin pensárselo dos veces dice con voz grave (todo lo grave que puede ponerla un bebé de 10 meses): "Mamma""ma". Acaricia a su padre, a la foto, y por mucho que le repetimos que no es mama, ella insiste, se planta y repite una y otra vez "Mamma".

No me extraña, y a él le encanta. Repetimos la gracia unas cincuenta veces, hasta que la niña nos ignora y decide no llamarnos a ninguno de los dos. "Pesados, que sois unos pesados".

Hoy en día ya hay muchos padres que cambian pañales, dan biberones, papillas, fruta, ponen ropita, van a las actividades con los bebés, los duermen por la noche. Padres que se implican, que no quieren ser una figura alejada de sus niños, y a los que les duele pasar el día trabajando, aunque no les queda otra que aplicarse a ello. Es evidente que la mayor parte de la responsabilidad continúa recayendo sobre nosotras, sin embargo, la implicación de muchos hombres va en aumento. Desde aquí, un besote muy gordo para todos ellos. No creo que debamos agradecéroslo porque sería tanto como consideraros unos extraños, ajenos a vuestros propios hijos, ¡Vivan los otros mammas! ¡Disfrutad a nuestros niños, que el tiempo se va volando!

Un beso más gordo y cariñoso para Segundo, el otro mamma de Julia y Patricia

ZZZZZZZZZZZZZZZZ



Me muero de sueño, hace más de un mes que no dormizzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz

eh?, sí, sí, que no pegamos ojo más de dos horas seguidas. Para rematar el asunto me ha llegado una revista esta mañana, donde cinco abogadas son madres de familia y triunfadoras en la vida. ¿ Su secreto? El trabajo duro, por lo visto no renuncian a nada, solo necesitan la comprensión de sus parejas... todavía me estoy descojonando. En fin, que maravilloso debe ser eso de ser una supermujer. Voy a echar una cabezadita zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz

DIENTES, DIENTES


Ya lo dijo esa tonadillera, que todos los días vemos hasta en la sopa (de tomate), "Dientes, dientes, que es lo que les jode". Si bien "La Pantoja" se refería a los periodistas que insisten en mostrarnos hasta los últimos detalles de su vida (nos interese o no), hay otro grupo de afectados por los dientes: Los padres. Porque con la excusa de los dientes, comemos lo que nos apetece, lloramos lo que nos da la gana, nos dormimos y nos despertamos sin cesar, y quien tiene la culpa de que llevemos casi un mes dando toda la guerra que queramos... pues sí, los dientes.

Para ser sinceros, hay que reconocer que esos dos dentecillos que nos han crecido en la parte inferior de la encía, son monísimos, y causan admiración, en los abuelos, tíos, primos, que se enternecen cada vez que mostramos nuestra incipiente dentadura. "¡Ay, que linda!" "¡Mira, mira que chiquininos son!", "Los enseña cuando se ríe, ¡Que graciosa"... Pero mamá dice que también los enseñamos cuando lloramos, !y cómo lloramos!, si parece que nos han instalado un altavoz en los pulmones.

Los papás nos miran, perplejos, acojonadinos, no saben que hacernos. Sí, tenía razón la Pantoja, los dientes joden; a nosotras por que nos duele, y a los padres, porque les encanta quejarse.

Besitos con dientes incluidos, desde la sillita de paseo:
Julia y Patricia

UNA CIERTA TRISTEZA


A fuerza de ser honesta debo reconocer que ayer, a eso de las cinco de la tarde me sentí triste. Mirando a las niñas, pensé que es muy probable que nunca mas tenga entre mis brazos un bebe propio, alguien a quien acunar, a quien cuidar como lo hago con ellas, y una punzada de tristeza me sacudió. Quien lea esto podría pensar ; "bueno hija, pues si no tienes más bebés es porque no quieres". ¡ojala fuera tan fácil!.


Debo poner de manifiesto que, para mi, es un avance extraordinario, la posibilidad de decidir tener hijos, cuando y cuantos traer a este mundo. No solo para las mujeres, sino para cualquier hombre, que desee ejercer la paternidad de un modo responsable. Cuando alguien de una forma responsable decide echarse para adelante en este "negocio" de la crianza de niños, se encara con otra alegría cualquiera de las tribulaciones a las que la paternidad/maternidad nos expone diariamente. Las malas noches, las "operaciones fruta", los baños en los que todos acabamos pasados por agua, los llantos incomprensibles, los pequeños golpes.... todo, todo, se afronta de otra manera.


Mi marido y yo decidimos hace ya más de un año, tener un bebé, y resulto que en vez de uno nos encontramos con dos... No hay problema, todos tenemos cabida y apoyo, y la alegría que te dan triplica el trabajo que haces. Además cada vez que me miran con esos ojos, no sé lo que daría por parar el tiempo un rato, para que nada me las robe.


Por eso ayer me sentí, rara al pensar que por cuestiones económicas, laborales, de espacio, y todas estas asquerosidades materialistas, puede que nunca mas tenga una carita tan preciosa frente a mi...


No creo que pueda resignarme...

VACACIONES

¡POR FIN!, ¡NOS VAMOS LOS CUATRO DE VACACIONES!.
De momento nadie está malito (me daba pánico que se pusieran enfermitas ahora, yo me voy de vacaciones, aunque fuera reptando como las culebras), las maletas están casi preparadas, nos queda lavar el coche, y el lunes nos apretamos, y echamos a correr a la playa. El destino no es muy exótico, pero merece la pena salir de casa. Las niñas van a conocer el mar, y nosotros vamos a disfrutar de ellas.
Estoy que no quepo en mi de gozo.

OPERACIÓN FRUTA

Hay palabras dotadas de un significado peyorativo, y otras que por sí tienen una serie de connotaciones positivas. Todas ellas pueden cambiar dependiendo del modo de utilizarlas, la intención, y el ámbito en que nos encontremos cuando las empleamos. Cervantes lo tenía claro, a él me remito, al Quijote, donde en boca de Sancho y mediante ejemplo práctico ilustra lo que quiero decir:


"Y diciendo esto, se la puso [la bota de vino, hay que aclarar] en las manos a Sancho; el cual, empinándola, puesta a la boca, estuvo mirando las estrellas un cuarto de hora, y en acabando de beber, dejó caer la cabeza a un lado, y dado un gran suspiro, dijo:
—¡Oh, hi de puta, bellaco, y cómo es católico!
—¿Veis ahí –dijo el Caballero del Bosque en oyendo el hi de puta de Sancho– cómo habéis alabado este vino llamándole hi de puta?
—Digo –respondió Sancho– que confieso que conozco que no es deshonra llamar hijo de puta a nadie, cuando cae debajo del entendimiento de alabarle."


Así, hasta los peores insultos, pueden suponer una alabanza dependiendo de como cuando y quien los diga.
Hay otras palabras, que en principio parecen completamente neutras. Nadie haría recaer sobre ellas algún significado, ya sea negativo o positivo. Una de ellas sería la palabra "fruta", ¿a quién puede resultarle negativo? o viceversa. Puede gustarte más o menos, pero parece que al menos en principio su significado, su esencia es completamente neutra. Pero no es así para todos. Tengo que confesar algo; la palabra "fruta" me horroriza, atormenta alguno de mis sueños, y casi la totalidad de mis tardes desde hace cuatro meses.



El motivo es evidente. Mis bebés, no sienten ninguna pasión por ese puré que todas las tardes les hago. Y eso, que yo me esfuerzo, de verdad, lo he hecho de cincuenta forma distintas... pero no hay nada que hacer

Yo lo llamo "operación fruta", los norteamericanos lo llamarían "operación relámpago de la tarde" o alguna cosa así, pero es que yo soy poco creativa a estos efectos. La "operación fruta" es una batalla que libramos las tres todas las tardes. En honor a la verdad, la contienda se centra más bien entre Patricia y yo, Julia parece disfrutar algo más del momento, lo que no dejo de agradecer, porque aunque ellas todavía no lo saben, luchar contra las dos y vencer resulta... imposible.


Todo empieza a eso de las cinco y media de la tarde (ya sé que puede parecer tarde, pero aquí tenemos un horario bastante especial, y cuando otros ya cenan, nosotros merendamos). Les pongo un cd de "brainy baby", voy a la cocina, allí mezclo distintas proporciones de los elementos que conformarán el puré: un plátano (si es pequeño algo más), una pera, una manzana, y el jugo de media naranja (ahora he descubierto que hay que echar algo más de naranja, queda más líquido y les gusta mas), a lo que le añado un cacito de cereales. Todos estos ingredientes, deberían juntarse y ser procesados y encarcelados, pero no, lo que hago es meterlos en la batidora. ¡Brummm! ¡Brummmmm!, ya está pasado. Ahora, hay que calentarlo, porque si se lo ofrezco frío a las niñas me lo tiran a la cabeza.

Una vez calentito, si se persona algún ayudante, aprovecho y reparto el trabajo, uno para alimentar a cada gemela. Si no, bueno, entonces, yo le doy a las dos. Les pongo un baby, cojo la cuchara de silicona, y allá vamos, compartiendo cucharita, plato y virús, nos lanzamos a comer... ¡Ya! , eso sería lo que yo quisiera.

En realidad, Patricia comienza a adquirir la personalidad de San Pedro, y niega obstinadamente con su cabeza, más de tres veces, antes de probar bocado. ¡Dios, las tardes pueden hacerse terriblemente largas!. Ella menea su cabeza, yo le acerco la cuchara, le unto los labios, ella los aprieta, yo aprovecho, cuando sale un niño por la tele, y abre la boca.¡ Toma... bocadito de fruta, anda allá!. Le doy una cucharada a Julia que ya está harta de esperar, intento darle otra a Patricia, no se deja. Le aparto un poco para más tarde, otro bocadito para Julia ¡a ver mi niña!... bien. Lo intento de nuevo con Patricia..., vaya se ha quedado frío... Son las siete y cuarto de la tarde, y todavía no he terminado.

Hace cuarenta minutos que estoy inundada por el sudor. Segun (su papá) llama "¿cómo va la "operación fruta"?" y la respuesta, más normal "aquí estamos, cuando acabe te llamo". Normalmente esa llamada se produce diez minutos más tarde, el tono de victoria o derrota, depende de mi habilidad, su cabezonería y la cantidad de niños que salgan la televisión.

Después de todo, le limpio la carita, le quito el baby, la beso:" ¡Hummm! ¡que bien sabe esta niña a fruta!". Claro con la mascarilla que lleva encima.
Después nos bañamos y nos desincrustamos la fruta. Pero eso, es harina de otro costal. Una aclaración, cuando digo, que nos desincrustamos la fruta, es que lo hacemos las tres, porque nadie podrá pensar que yo he escapado indemne...



SOY UN PEZ


A veces, pienso en mi misma como un pez, un pescado desmemoriado, al que cada dos por tres se le olvida hasta que existe.


Desde que nacieron las niñas, esta condición olvidadiza mía va "in crescendo". La cabeza se me llena cada vez con más cosas, que echo en el olvido con facilidad pasmosa: comprar cereales, pañales, poner ocho cacitos rasos de leche de continuación al biberón, ¿o eran nueve?. Que angustia, les habré echado de más o de menos, se quedarán con hambre, o sequitas... ahora mismo tiro el biberón. He arrugado la camisa de Segun, al sentarme sobre ella para escribir.

Al tiempo, grabo episodios de la "Abeja Maya", para las niñas. Por cierto ¿mande el requerimiento al Consorcio de Seguros o no lo hice?... Vuelvo, vuelvo; comprar cereales, pañales, toallitas para limpiar a las niñas. ¡Carajo! Ahora se queja Patricia, seguro que dio la vuelta en el parque. El recurso de alzada del Guardia de Tráfico tiene que salir esta semana, tengo que llamar a Mapfre..., y comprarme un sujetador liso blanco. Tengo que ...¿Que tenía que hacer?


A día de hoy, soy un pescado en busca de una buena agenda, comprensiva y cariñosa, y a ser posible, que se ofrezca a darle la fruta a uno de mis pececitos.


Cereales, pañales, toallitas, sujetador, recurso, demanda, escrito, fax, lavar los pijamas cortos, comprar gel Nenuco para las nenas...


Menos mal que respiro automáticamente.

TRANSFUSIÓN FETO-FETAL




El 21 de julio de 2.006, me intervinieron quirúgicamente. Yo estaba embarazada de 24 semanas y pico, la intervención fue para solucionar una patología que tenían mis gemelas. El síndrome de transfusión feto-fetal. Para todos los que no sepan en que consiste, que supongo serán muchos, pues yo no tenía ni idea hasta un día antes, os diré que es un riesgo, que se produce en los embarazos gemelares univitelinos cuando los bebés comparten la placenta (se trata de los gemelos idénticos, procedentes de un solo óvulo, y un espermatozoide que cosas de la vida se transforman en dos personas ¡tachán!). Estos bebés que como ya he dicho se encuentran en la misma placenta, se alimentan a través de un torrente sanguíneo, en este supuesto, el cordón umbilical de los bebés llega a la misma placenta y pueden darse conexiones entre los vasos sanguíneos (arterías y venas) de un feto con los del otro. Lo que sucede en la transfusión feto-fetal, es que uno de los fetos bombea sangre a la placenta del otro, que recibe demasiada sangre. Así, el problema es doble, el primero, llamado "donante", apenas si recibe alimento y el otro, llamado "receptor", lo hace en exceso.


El donante no crece lo suficiente, casi no orina y tiene muy poco líquido amniótico, puede morir por falta de sangre (significa la falta de oxígeno), llamada hipoxia.



El feto receptor, tiene el problema contrario, recibe demasiada sangre y crece mucho, orina demasiado, y se encuentra flotando en demasiado líquido amniótico. Este feto, puede morir a causa de un problema cardiaco (cardiopatía) por el exceso de sangre, que le obliga a su pequeño corazón a trabajar mucho más.



En mi caso, la patología se detecto inmediatamente y se me remitió al Hospital Clinic de Barcelona, que hasta hace muy poco era el único que a través de una complicada cirugía láser cura este problema. Hasta hace pocos años, no había una posibilidad real de solucionar este problema, y lo que se trataba era de minorarlo, con resultados poco exitosos. No sucede lo mismo con esta cirugía láser, en la que al parecer lo que se hace es sellar los conductos, venas, arterias... que comparten los fetos, y así permitir que los dos reciban una cantidad más o menos parecida de sangre, que les permita crecer de forma equilibrada, y por supuesto, continuar con la gestación el máximo tiempo posible.



El hecho de que mis bebés se encuentren hoy aquí se debe, por un lado a la detección inmediata del problema por parte del ginecólogo que me trató en ese momento, JOSÉ ANTONIO DOMÍNGUEZ, y por otro, evidentemente, a la maravillosa intervención del Doctor EDUARD GRATACÓS, y de todo su equipo. El trato que recibí en el Hospital Clinic de Barcelona, al que me tuve que desplazar de forma inmediata desde Badajoz (unos 1.000 Kilómetros de distancia), fue fabuloso. Quiero mandar un beso enorme una vez más, a Doña María Marí.



Es un mal trago tremendo, lo sé. Pero cuando este problema se da, no queda otra que ponerse en manos de profesionales y dejarse guiar. Yo lo hice y los resultados evidentes, se encuentran durmiendo en la habitación de al lado, en dos cunas.



No deseo hablar de lo mal que mi marido y yo lo pasamos, pues creo que eso no se le escapa a nadie, pero sí del apoyo que recibimos por parte de nuestra familia, y de muchos, muchos amigos.



El embarazo fue muy difícil, desde aquel momento hice reposo hasta la semana 36 en la que nacieron Julia y Patricia. Sólo se llevaron 280 gramos de peso, y no fue precisamente la receptora, la más grande de las dos.




A veces la vida aprieta de verdad, angustia, llena de miedo. Con mi experiencia quiero dar esperanza y un poquito de información, a quienes como nosotros pasen por esta situación.




Ayer, hicimos una pequeña celebración familiar. Es curioso, porque el año pasado aunque ya sabíamos como se iban a llamar las niñas, no teníamos ni idea de que el santo de una de ellas coincidiría con el aniversario de la intervención. Santa Julia, y el día de..., no sé como llamarlo ¿prenacimiento? ¿primer nacimiento? coinciden. Curioso, si además tenemos en cuenta que el feto que se encontraba en peores condiciones era ella.




No me da la gana de terminar esta entrada sin dar las gracias a mi cuñada, y tía de las niñas SUPER NIEVES BERJANO MURGA, la mejor ginecóloga del mundo mundial, y todavía mejor persona, a la que quiero como a una hermana.




Este sí es el último inciso, hasta ahora no había puesto nunca una foto de mis niñas, en el blog (me parecía un poco facilón), pero creo que el asunto lo merece, así que coronaré la entrada con su preciosa cara, que espero si alguno tenéis este problema, os llene de esperanza. Estas son Julia y Patricia, el mayor tesoro que mi marido y yo podríamos tener.

Segun no te olvido, tú también eres mi vida.
Como dice la canción de Madona (¿se escribe con una o con dos n?, no tengo ni idea), en versión Chanante "el tiempo pasa despacico...". Realmente pasa muy "despacico", pero de forma totalmente inexorable. Las mañanas ceden su sitio al medio día, este a la tarde, ésta a su vez al ocaso, y este ya aburrido a la noche, que durante varias horas nos muestra la lejanía de las estrellas y la falsedad de la luna, que parece iluminarnos, cuando en realidad solo refleja la luz de un cuerpo celeste.
Hoy las gemelas cumplen 9 meses. Hace un año por estas fechas estaba a punto de enterarme que padecían "transfusión feto-fetal", y de pasar los peores días de mi vida. Esta patología, me era desconocida a mi tanto como lo es para otra mucha gente, pero es algo muy complejo y creo que se merece una entrada por sí misma, sin más añadiduras, una entrada que llene de esperanza a cualquier persona que se vea en la situación en la que yo me encontré. Durante toda esta odisea que supuso el diagnóstico, la operación, las diferentes esperas, el reposo..., me tocaba constantemente la barriga y llamaba a Julia, como si así fuera a darle fuerzas, convocando su pequeño espíritu a que se mantuviera fuerte y a mi lado. Patricia tuvo mejores perspectivas desde la operación, y eso me permitió "despreocuparme" ( es un decir), de ella. También durante ese tiempo me juré a mi misma que al cabo de unos meses nos reiríamos de la situación, y aunque ha pasado el tiempo, no puedo reírme, me acongojo cada vez que pienso lo cerca que estuve de perderlas.
Pero como ya decía al principio, el tiempo pasa, despacito, pero pasa, y aquí estamos. Patricia juega al "cucú-tras" con el forro de mi falda marrón de rayas, sí, no hay duda nos incita a jugar , Julia se ríe de las cosas que hace su hermana. Dentro de 3 horas, 4 máximo estaré de nuevo con vosotras.
"El tiempo pasa, despacico.
El tiempo pasa, despacico"
(no repaso esta entrada, está recien salida de las entrañas)

TE QUIERO PATRICIA (Crónica de un despertar nocturno)


Son las 5:29 de la madrugada. Acabo de acostar a Patricia. Llevaba una hora despierta (más o menos), dando chilliditos alegres, agitando su chupete y el oso de peluche pequeño, el que tiene un cascabel. Ha dado unas treinta vueltas en la cuna, se queja, nos despierta. Al fin me decido a levantarla. Le cambio los pañales y le pongo el pijama. Anoche llegaron tan cansadas de la piscina, que sólo pudimos quitarles el peto vaquero. A oscuras todo el rato, voy de nuestro dormitorio a su futura habitación , después al salón, me siento en el sofá, y la mezo despacito. La ciudad nos ilumina tenuemente. Mis manos ya no cubren por completo su espalda, ha crecido veinte centímetros más o menos desde que nació. Sus ojitos verdes, se van entornando poco a poco, no dejo de mecerla suavecito. Ella acaricia, mi pelo, toma algún rizo y tira de él. Toca mi cara, mis mejillas. Sus ojos continúan cerrándose, ya son dos pequeñas rayitas un poco oblicuas, de una forma casi imperceptible al estilo de mi madre y mi abuela. Continúo meciéndola. Respira, a gusto, el chupe descansa sobre su boca, la dejo en su cuna, da un par de pataditas al aire, se relaja, duerme tranquila. Me doy cuenta, de que ya han pasado ocho meses desde que nació, lleva tanto tiempo fuera como dentro de mi tripa. ¡Te quiero Patricia!.¡Buenas Noches!


Estamos en un momento en el que la baba se nos cae por litros. Julia ya sabe dar las palmas, eso sí, cuando a ella le da la gana. Así que, cuando menos lo esperamos empieza a darle, y me mira para que la anime y le diga: "ole, ole, ole...". Patricia, nos mira extrañada a todos, y sonrie, ella todavía no le da a las palmitas, pero baila agarrada a un dedito (igual que Julia).
El Sábado pasado fuimos al centro comercial (Carrefour), y causamos sensación, mientras que Julia tocaba las palmas en el carro, su hermana, le jaleaba cantando (entiéndase gritando), la gente se moría de la risa al verlas, y nosotros íbamos tan anchos, que casi no cabíamos por los pasillos. Aunque tampoco cabíamos, porque entre el carrito de las niñas, que es doble de ancho, y el de la compra, no quedaba mucho espacio, para qué vamos a decir otra cosa.

EL PIRATA DEL OJO DE TRAPO


Un aviso para navegantes con bebes: Estad siempre atentos a sus manitas, que las carga el diablo. Antes de ayer, estaba vistiendo a Patricia, y de repente no se muy bien como, sus dedos acabaron en mi ojo, regalándome una bonita "úlcera corneal". Durante 24 horas, he estado con el ojo tapado, mareada, y sin poder manejarme con las nenas. Ahora, todavía veo borroso, y me han recetado un montón de gotitas para el ojo afectado.

Lo primero que pensé cuando noté que las molestias iban en aumento fue, "¡menos mal que esta mañana le corté las uñas".

A las gemelas les encantó mi parche, y cuando volví de urgencia, primero me miraron con carita de curiosidad, luego intentaron arrebatármelo, como casi todo. Porque ahora mismo estamos en un momento en que queremos cogerlo todo: el parche de mamá, el mando a distancia, las llaves, los juguetes, el biberón, los cuadros de casa... Todo es de ellas y lo quieren ya.

La verdad es que veo fatal.

Saludos

UN NUEVO DÍA

A veces la vida parece una calle estrecha, empinada, cuesta arriba y llena de escaleras. Pero a pesar de desconchones, cansancio, tropezones, y estrecheces, merece la pena. Al menos eso quiero pensar en momentos como éste, en el que, cómo casi siempre, en estos últimos siete meses estoy físicamente agotada. He llegado a la conclusión de que, da igual el número de horas que duerma, si lo hago de continuo o no, al final del día las piernas son como dos leños ardiendo, que pesan terriblemente al moverlos. Los ojos se cierran, y a penas si puedo llegar a decir "Buenas Noches", a quien compartió conmigo el día, y yace a mi espalda. Dejo de sentir la respiración de todos los cuerpos que pueblan la habitación (que en este caso son cuatro), hasta que un grito de aburrimiento (o tal vez alivio), me despierta. Son las 3:45 minutos de la madrugada, Julia se despertó y se mueve en la cuna, araña los protectores acolchados, y suspira. Tiene el chupete puesto, pero de cuando en cuando se lo quita y lo agita "tacatacatacatacatá". Creo que es su modo de decir "estoy aquí, y me aburro".
En fin, ya es de día, hoy posiblemente hará mucho calor. Tal vez podamos inaugurar la temporada de piscina. Cargaré la cámara para que el padre de las gemelas (trabajador explotado por estas tres mujeres), disfrute un poco, si llegado el caso llegásemos a bañarnos las tres.

HE DORMIDO UNA NOCHE DEL TIRÓN

Esta noche hemos dormido del tirón, todos los cuatro. Parece increible, pero por fín, después de no sé ni cuantas semanas, nadie se ha despertado a eso de las 3 de la madrugada para ser mecido. Nadie ha llorado, o se ha quejado a horas intempestivas. Así, que prácticamente hemos aguantado todos en la camita hasta más allá de las ocho.
Se agradece mucho, tener al menos una noche así. Porque lo cierto es que el día menos pensado, me voy a quedar dormida en el justo instante en que se apaguen las luces de la habitación, me pille donde me pille, aunque sea subiendo las piernas a la cama. ¡Dios!, el sueño me persigue, y es mucho más fuerte que yo.
El otro día, oí en la tele (digo que oí, porque fue mientras le daba la fruta a las niñas, momento en el que ellas miran a la tele y yo las miro a ellas), que las mujeres de treinta y pocos años están muy cansadas para tener fantasías sexuales, y que su vida sexual es muy pobre, por ese mismo cansancio. Bueno, que más puedo decir, benditas las de treinta y pocos que todavía tienen vida sexual, es algo de lo que yo no puedo presumir. Si bien es cierto, que no puedo achacar dicha inactividad a mi querido esposo (que de vez en cuando lee este blog), sino a mis dos bebes que absorven mi energía vital de forma completa. Pero las miro y pienso ¡son tan monas!, y entonces se me olvida todo, el sueño, el cansancio, la mala facha que tengo... me rio las cojo en brazos, nos tiramos las tres en una alfombra y nos ponemos a jugar. Supongo que será igual para todo el mundo.
Ahora, voy a dejar esto, miraré porqué Patricia da chilliditos desde el parque, y acabaré de tomarme el café que lleva cuarenta minutos esperándome, aburrido al lado de la pantalla del ordenador.
Saludos a todas las madres y padres cansados.

YA PIENSO EN LAS VACACIONES


¡Buenos días!
Las vistas que hoy os presento son bonitas de verdad. Al menos a mi me lo parecen. Es la playa de los Caños de Meca (Cádiz), una de sus calitas. Me gusta mucho Los Caños, ahí todo el mundo hace de su capa un sayo, y muchos ni tan siquiera llevan capa o sayo, sin embargo, eso no parece molestar a nadie. Conviven nudistas, seminudistas y personas con bañador con la mayor de naturalidad , sin conflictos...
Hay unos cuantos restaurantes, pegados al mar, y mientras comes una tortillita de camarones crujiente, puedes estar viendo los barcos en el mar en calma, los bañistas, algún surfista y por supuesto el faro de Trafalgar. Hay bares de ambiente chill, muy relajantes, para mirar el mar y las estrellas por la noche, tenderetes de baratijas...
Me gustaría llevar a mis bebés allí, pero este año no va a ser posible, optaremos por unas vacaciones no tan idílicas, mucho más convencionales y esperemos que facilitas para los padres novatos.
¡Ay!, me duele hasta el alma, ayer di un porrazo en la rampa que sube del portal al ascensor cuando llevaba a Patricia en brazos, mientras me caía hice todo lo que pude por poner a la niña a salvo, y .... lo conseguí, ella ni se enteró, pero yo me he porraceado medio cuerpo a base de bien. Puñeteras sandalias y tobillo flojo..., no es mi primera caída, pero desde luego sí ha sido la que más nerviosa me ha puesto. Lloré nada más caer al suelo, después de comprobar que a la niña, no le había pasado nada. Las piernas me temblaban, y no podía sostenerla en brazos. Todo fue por el susto que me llevé, que horror.
Pero bueno, ya no quiero hablar más de eso, quiero ir a la playa, jugar, pasear, leer un libro ponerme un bikini (que el año pasado con el reposo del embarazo no pude hacer nada de nada) , pasarme todo el día en el agua, en remojo como los pescaditos... ¡VIVAN LAS VACACIONES! ¡VIVAN LOS CAÑOS DE MECA, ZAHARA DE LOS ATUNES, TUNEZ, EL CAMINO DE SANTIAGO, LA REPÚBLICA DOMINICANA, MATALASCAÑAS, LA ANTILLA, Y CUALQUIER SITIO DONDE PUEDAS PASAR EL VERANO DE TU VIDA!
Y todavía quedan dos meses antes de que pueda coger vacaciones...